Aunque la tecnología ha dado pasos agigantados en las últimas décadas, hay diligencias que únicamente una persona puede hacer. Al procurar un producto o servicio particular, todavía no es posible pedirle al ordenador que consiga nada más complicado que unas páginas web, basándose en ciertos criterios de búsqueda. Así que, el que necesite conseguir un inmueble específico agradecerá la asistencia de un personal shopper inmobiliario.

Diferencias entre un asesor y un personal shopper inmobiliario
Lo que los distingue no es el conocimiento del campo, que es el sector inmobiliario, sino que, el contraste está en el enfoque que aplican a su trabajo. Ambos profesionales deben hacer diversos contactos, citas y llamadas durante el día, visitar, comparar ofertas y mantenerse al tanto de los precios del mercado.
En teoría, ambos deberían tener en mente lo que mejor renta al cliente; sin embargo, el asesor debe estar atento a muchas negociaciones, y mantener el equilibrio vendedor/comprador. Si surgen conflictos se beneficiará aquel que ofrezca más dinero. Asimismo, solo pueden ofrecer lo que tengan en la cartera en ese momento, limitando así su área de acción.
Una buena analogía para entender al asesor inmobiliario tradicional sería la de una lámpara que ilumina globalmente la estancia. Por el contrario, el personal shopper inmobiliario actúa como un láser, enfocando sus esfuerzos en conocer al cliente, proporcionándole exactamente lo que quiere, o a veces incluso soluciones alternas superiores. Como no está obligado a vender una propiedad en particular, puede usar los recursos necesarios, tecnológicos (Internet) o no (anuncios en la prensa) para examinar las opciones favorables a las necesidades del cliente.
Proceso de compra a través de un shopper inmobiliario
Desde el punto de vista del comprador los pasos a dar son extremadamente sencillos e intuitivos. Al contactar con el personal shopper inmobiliario se concertará una entrevista donde se explicarán las características específicas de lo que se requiere, entre otras cosas: rango de precios, metros cuadrados de superficie, localización geográfica, etc.
Con estos datos, el experto buscará y escogerá los inmuebles que mejor cumplan los requisitos. Realizará una preselección y reunirá, además, la documentación que explique las condiciones exigidas, tanto legales como técnicas, de los lugares elegidos.
Si después de la visita por las propiedades, el comprador se decanta por una, el profesional se encargará de las negociaciones para cerrar la venta. Por supuesto, tratará de encontrar siempre la situación que beneficie al cliente, ya que, al final, solamente recibirá el pago si este aprueba la elección y realiza la adquisición, dejando a todos satisfechos con el proceso.