La irrupción de las nuevas tecnologías en la sociedad actual ha transformado la forma en la que interactuamos entre nosotros, pero también la forma en la que hacemos negocios o adquirimos bienes e inmuebles. Esto también ha traído consigo nuevos modelos de negocio en el sector inmobiliario, surgiendo lo que se conoce como las proptech, empresas inmobiliarias que incorporan componentes tecnológicos al sector. El futuro ya es presente.
Big Data para invertir
El uso del Big Data está ampliamente extendido en el sector de la política y el marketing, pero ahora también se comienza a utilizar en el sector inmobiliario. Un ejemplo lo tenemos en la herramienta Solvia Price Index desarrollada por Solvia, la vertiente inmobiliaria del Banco Sabadell, en el que mediante el análisis de datos masivos nos ofrece una valoración de inmuebles más exhaustiva y real de una vivienda.
La minería de datos adaptada para el mercado inmobiliario puede facilitar la toma de decisiones y ofrecer mejor asesoramiento para las inversiones inmobiliarias.
El Internet de las Cosas (IoT) llega a la vivienda
El Internet de las Cosas (IoT) también está llegando para revolucionar la forma en la que interactuamos con la vivienda, ya que permite conectar los inmuebles con sus ocupantes. La tecnología ha entrado en los hogares, no solo para el uso de sus usuarios, sino para adaptar cada hogar a la persona que lo habita.
Unido al avance de la smart city, mediante la combinación de tecnología, inteligencia artificial y Big Data, las viviendas son capaces de aprender del comportamiento de sus ocupantes y personalizar su hogar. A este carro se han subido los gigantes de la tecnología como Google, Apple o Vodafone, que ponen su foco de inversión en el mercado de la vivienda. Tras los años de crisis económica, la vivienda representa una oportunidad de negocio en pleno ciclo de crecimiento, transformación y modernización en lo que lo digital es indispensable. El reto que se plantean es digitalizar el sector inmobiliario y que deje atrás su pasado analógico.